SIN DIOSES Y EN ALGUN LUGAR
Entre el sueño y la realidad, o viceversa, no sé, quizás sean lo mismo y sólo lo diferenciamos porqué así nos lo propone la jaula: la lógica. Me parece haber entrado en alguna obra de Dalí; monumentales y expresivos entes caminan por la calle como si nada, como si el ajeno fuera yo; el sol a lo alto, sofocante, me aturde cada vez más, quemándome incluso por dentro; la verdad es que le agradezco, pues me libera de la prisión y de la opresora, otra vez: la lógica.
Le agradezco además porqué cada línea del paisaje se derrite y algunas tantas flamean libres, pero en verdad libres…. De una posa se escapó una gota, la muerte dio vida y la vida se murió, la gota suspendida en el aire celebra su exilio.
El paisaje es de verdad indescriptible, pero haré el intento: hay plantas que crecen en las nubes, quizás decidieron partir lejos de nuestras manos.... Y es que la lógica parece ajena y abstracta, algo inexistente, sólo imaginada y endiosada, como el dios del tiempo.
Me gustaría no salir, no salir jamás de este sueño… o de esta realidad extraña y nueva. A lo lejos veo gente feliz, o más que feliz, regocijada, conversando animadamente con estos entes monstruosos, pero amigables, esos entes siempre temidos, ahora nos sonreían, la verdad siempre lo hacían…En esto hubo un rumor llamado tiempo, -¿Qué es eso?- se preguntaban…Y al no haber respuesta, felices, siguieron hablando. Me acerqué para conversar con ellos, pero justo empiezo a flotar, suspendido en el aire, al igual que la gota, mis preocupaciones se fueron, a lo mejor, a un sueño por ahí perdido.
Ahora poco me acuerdo de mis propias palabras para poder expresar lo que vivo, sin sentido, sin nada, ahora feliz. ¿Para que hablar? No me despierten.
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